
ETAPA 1
A Guarda - Baiona
05 de Septiembre de 2018
HOY EMPIEZA EL CAMINO
Durante la noche estuvo lloviendo de forma continua, la verdad es que cayó una buena tormenta, pero por suerte, por la mañana lo único que encontramos fueron algunos charcos y una temperatura muy agradable que invitaba a andar.
Como sabíamos que Julia se despierta a las 07:00 decidimos dejar por la noche todo preparado. Pusimos la alarma a las 06:30 para empezar con los preparativos. Para los que lo hacéis por primera vez, muy importante el cuidado de los pies y las rozaduras entre los muslos, por ello os aconsejamos aplicaros bien de vaselina, y si sabéis donde os salen rozaduras poner un "compid" antes de la herida, llegareis perfectos, dedicar 5 minutos a esto, lo agradeceréis.
Tras desayunar, dejamos ya el coche cargado y la nevera con la comida de Julia en la recepción. Partimos a las 08:20 siguiendo las flechas amarillas. Durante el desayuno nos comentaron en el hotel que los primeros kms son algo abruptos pero que se pasan bien, sin embargo al llegar con el carro a ese primer kilometros, nos damos cuenta que es muy complicado pasar, por lo que tenemos que cargar con la silla a cuestas, no queríamos que sufriera daños el carro, e imaginaros la niña, partida de risa...
Pasado ese tramos de mas o menos un kilómetro empieza ya los senderos. Estos caminos, quitando alguna piedra se transita sin ningún problema, siempre rodeado de arboleda y con el mar rompiendo a nuestra izquierda a escasos metros. Si en vez de ir por ahí preferís andar por llano y sin piedras esta el carril bicicleta junto a la carretera, que comunica directamente con Baiona, pero merece la pena ir por el carril, no presenta dificultad ninguna.
Se va alternando con el carril bicicleta también, además de pasar cerca de acantilados, urbanizaciones y atravesar pueblo por medio, como es el caso de Oya, lugar que nos vino de lujo para poder dar de comer a la niña, ya que llevábamos buen ritmo e hicimos 12 kms en 2:15:00.
Íbamos ya con la idea de parar allí para poder ver el Monasterio de Oya, este precioso edificio se encuentra en manos privadas. Habíamos leído que se podía visitar pidiendo las llaves en el bar, pero por lo que vimos, no se en que bar será, porque nos dijeron en varios que estaba cerrado, así que aprovechamos para hacernos unas fotos y en la casa de la cultura calentamos el biberón de Julia, ya de paso nos tomamos un café con tostadas en lo alto de una terraza donde se podía contemplar el monasterio y el inmenso océano. Para acceder hay que subir una pequeña cuesta pero sin problemas.
Después de recuperar fuerzas y haber cambiado a Julia partimos otra vez. A pesar de llevar poco tiempo en la recuperación de este trazado tan antiguo, la señalización en todo momento es correcta, incluso en los momentos que hay que atravesar la carretera de un lado para otro, la fecha amarilla esta siempre presente, como es el caso de Pedornes, donde cruza para pasar por detrás del pueblo, pero nosotros decidimos seguir recto para encontrar a nuestros amigos que nos pasaron en Oya.
A un kilómetro, siguiendo la nacional, nos volvemos a encontrar con las flechas a la altura del camping de Barcelos, que se caracteriza por tener un molino de viento manchego mirando al mar, una estampa bastante curiosa.
A tener en cuenta el km.21 hay un desvío mientras vas por el carril bicicleta que te envía a la izquierda, no se os ocurra cogerlo, ya que te mete por un camino malísimo, con mucho desnivel y piedras, el cual te hace avanzar 600 m. y te hace subir una cuesta complicadísima para el carro durante otros 200 metros pero en dirección opuesta.
Otro punto es el km. 23, en este hay un lío montado... resulta que hay unas flechas que te indican a la izquierda, además que el mojón esta con una bolsa negra indicando que esta cerrado, nuestro consejo, si el tiempo esta bueno ir por el carril ya que iréis casi metido en el mar por la costa, pero si hay oleaje, mejor marchar por el carril bici, vais paralelos a unos 10 metros y se ve lo mismo pero no te mojas.
Y por último, atención al km. 24, aquí el camino tiene dos vertientes, a la derecha subes por la colina y das a Baiona por la montaña, donde hay sendero y cuesta arriba bastante pronunciada y si sigues recto, rodeas el faro de Silleros por el carril-bici, contemplando en todo momento el mar y mucho más sencillo si llevas el carro. Nosotros en este caso elegimos el plano, aunque subimos a la terraza del Hotel Talaso Atlántico, donde aprovechamos para dar de comer a Julia y esperar a nuestros amigos que iban una hora más atrás y así poder comer juntos en el Restaurante Os da Ponte, clarísima recomendación, el que lea esto que no dude en ir a comer allí, solo decir que es impresionante.
Tras comer llamamos a la recepción del Hostal del Mar donde nos hospedamos y nos hizo el favor de irnos a recoger al restaurante, para así poder recoger los coches, fue un verdadero detallazo.
Nada más ducharnos, Julia, Lupe y yo nos fuimos a hacer unas compras que nos hacían falta y así conocer la ciudad de Baiona, lugar que guardamos en la agenda para poderle dedicar en otro viaje más tiempo, ya que nos sorprendió gratamente su belleza, por supuesto, antes de ir a la habitación cenamos con la niña en la Cerveceria el Portiko, donde comimos una anguila estupenda, justo al lado del Hotel Tres Carabelas, en todo el centro.
Perfil